Conferencia del Dr. Silvio Lerer: Algunas reflexiones sobre oralidad.

Especialmente invitado por la Presidencia de la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali,  con motivo de la introducción del procedimiento oral en el fuero civil , el Dr. Lerer, de visita en esa ciudad, pronunció una conferencia titulada "Algunas reflexiones sobre la  oralidad", cuyo texto transcribimos a continuación. 

Algunas reflexiones sobre la oralidad.

Por   Silvio Lerer

El establecimiento de formas de proceso judicial orales, ha sido considerado tradicionalmente como un progreso, un avance hacia una justicia de inmediatez, concentración y celeridad que garantiza un procedimiento menos burocrático y más ágil y, más allá de cualquiera otra ventaja que pudiera señalarse en doctrina, se considera que contribuye a la consolidación del concepto “Acceso a Justicia”, que pretende hacer efectiva la garantía de igualdad de oportunidades para todos ,  para obtener la protección jurídica del Estado a través de sus jueces.

La idea del progreso en que se basa la implementación de la oralidad contrasta con un mundo en el que el valor de la palabra hablada se ha venido desvalorizando, por el avance de las nuevas tecnologías, que a la par que universalizan la comunicación, suelen despersonalizarla .  La comunicación via mail, o por redes sociales en internet,  o por medio de teléfonos celulares, mensajes de texto, contestadoras telefónicas, faxes  etc. Nos ha invadido. Somos esclavos de la nube tecnológica y como tales hemos perdido o estamos a punto de perdernos la bella aventura de mirarnos a los ojos mientras fluye el diálogo con el otro.  Ese diálogo, o esa posibilidad que no siempre se aprovecha , es lo que hace humano al hombre, lo que le permite dar a conocer lo que quiera que trascienda de su mundo, y también conocer  aunque parcialmente el mundo del otro.  El mundo del tu y yo del que hablaba Martin Buber.

Quisiera comenzar con una invitación a reflexionar sobre ciertas ideas que vinculan o que diferencian la comunicación verbal de la comunicación escrita, ideas que también podrían aplican al proceso oral y escrito.
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  1. La palabra ha sido pervertida, tergiversada.  Las personas han perdido confianza en la palabra empeñada.  Hasta los romanos decían aquella frase que traducida a nuestro idioma decía que lo escrito queda, las palabras vuelan. En el refranero popular se suele decir “las palabras se las lleva el viento”.  Antes decíamos ese hombre tiene palabra, es un hombre de palabra y eso era exaltar un valor primordial en la sociedad, la honestidad.  Hoy descalificamos el discurso ajeno (y más el de ciertos políticos) con frases como “palabras, puras palabras”.  Se escucha decir por allí  “hechos no palabras”.
  2. La comunicación oral se da en tiempo real: No se habla en borrador. Quién lo haga en borrador se expone a la burla, el escarnio o la crítica. Se habla una sola vez y en el momento.  No se puede corregir adecuadamente lo dicho: lo dicho, dicho está…. Lo que se dice no puede eliminar o eliminarse con un “delete”, con un borrar. No hay segundas versiones de lo que vamos a decir.  Podremos intentar rectificarnos, alegar que fuimos sacados de contexto, que no quisimos decir eso, pero el daño ya está hecho, el error se ha cometido y toda rectificación puede sonar a tardía y no convincente. Las palabras pueden destruir, y hasta matar.
  3. La oral es una forma caliente de comunicación: nuestro para-lenguaje exhibe, aunque intentemos disimularlo, nuestras emociones, deseos, intereses, miedos, prioridades, angustias, estados de ánimo.  Desnuda nuestras debilidades, desmiente nuestro lenguaje no verbal de aparente dominio de la situación, nos exhibe en nuestra vulnerabilidad.
  4. La comunicación oral no se integra sólo con palabras , del modo que un escrito se integra con letras y signos de ortografía. A la palabra dicha que es apenas un 7% de lo que se dice, se agrega el paralenguaje que es alrededor del 35 % y luego el lenguaje del cuerpo que completa el cien por ciento de la expresión oral.
  5. Hablamos con nuestra ropa, con nuestro calzado, con nuestros adornos, con el corte de pelo, con los ojos, con los movimientos corporales, con las posiciones corporales, con las distancias que mantenemos, con nuestros olores, con nuestros perfumes.   Hablamos con el tamaño de nuestras uñas, la intensidad de nuestras ojeras, , los tics que tenemos, los colores de nuestro rostro, el maquillaje en las mujeres, el largo y conservación de la barba y el bigote en los hombres.  Hablamos con el aseo y orden (o no) de nuestras oficinas, con los retratos de nuestros escritorios, con las identificaciones religiosas o de otra índole de alguna de nuestras paredes.  Hablamos con el estado de nuestras medias, con los colores y formas que vestimos.  Hablamos con nuestros silencios. A veces es mejor callar.  Recordar aquel refrán, somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Hemingway decía que se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar. En boca cerrada dice el refrán español, no entran moscas, y ya lo había señalado Pitágoras: más le vale a un hombre tener la boca cerrada y que los demás le crean un tonto, que abrirla y que los demás se convenzan de lo que lo es.
  6. El habla nos hace humanos.  Nos convierte en seres gregarios y sociales, nos aísla de la soledad de nuestras existencias, nos conduce a nuestro destino o nos hace perder.  Con el habla en el alcance que hemos señalado más arriba entablamos las relaciones más importantes y trascendentes de nuestra vida.  El habla puede dar amor, puede dar odio, puede acompañar, puede servir para juzgar, para condenar, para absolver, para construir, para destruir. Pero siempre hay que tener cuidado, en hablar lo necesario y cuando corresponda. El hombre decía Mark Twain es el único animal que come cuando no tiene hambre, bebe cuando no tiene sed, y habla cuando no tiene nada que decir.
  7. Nuestras palabras pueden construir paredes o abrir ventanas.  Nuestra palabra puede ser violenta o compasiva.   Lastimar o reconfortar . Tender puentes hacia los otros o construir barreras. 


LO QUE NO DEBE HACERSE
ü mover los pies continuamente
ü  frotarse las manos
ü   mirar fugazmente el reloj
ü   removerse en la silla
ü   carraspear exageradamente
ü   tamborilear los dedos en la mesa
ü   cruzar de brazos
ü  o jugar con los dedos.
ü   cambiar de postura sin parar
ü   gesticular exageradamente
ü   desviar la mirada del interlocutor.
LO QUE SI DEBE HACERSE.
ü  
Adoptar una postura corporal relajada
ü  Sentarse cómodamente
ü  Mirar la interlocutor de frente
ü  Sonreir si se desea pero en forma franca
ü  Utilizar las manos para acompañar el discurso
ü  Usar un tono cálido y sincero

RECORDAR

Que el mensaje para ser eficaz debe ser

1)    
Claro , fácilmente decodificado e inequívoco
2)    Hay que transmitir  en forma clara y completa
3)    Debemos de ser objetivos, la información debe ser veraz, auténtica y neutral.

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