A las puertas del fin del año. Reflexiones.

Se acerca el fin del año 2012, y muchos respiran aliviados, como si los padeceres cotidianos que nos trajo, se terminaran por arte de magia con las doce campanadas del día 31 de diciembre. Quizás porque el ser humano tiene una inmensa dosis de esperanza no siempre bien fundada, y un optimismo arrollador que aún en las condiciones más difíciles le hace pensar en tiempos mejores, en momentos más felices sin preocupaciones ni dolores ni olvidos.

El mundo en el que vivimos, aunque  en la Argentina estemos tan lejos de todo, es un mundo en crisis.   La tecnología, el avance de la ciencia, las redes sociales, el mejoramiento de las comunicaciones, no nos han traído ni paz ni sosiego.   La globalización viene estallando en mil pedazos como lo demuestra la crisis en los países más desarrollados. Estados Unidos casi no crece, y sus cifras de desempleo no bajan.  Europa, la vieja Europa tan orgullosa, se debate en serias crisis económico financieras.   España pasa por una situación apremiante, y aplica las recetas que en la Argentina nos condujeron al descalabro del 2001.  El paro como le dicen allí a la falta de empleo supera al 25 por ciento de la población activa y entre los jóvenes menores de 35 años llega a 15 puntos más.   Los profesionales españoles emigran otra vez hacia América latina buscando oportunidades, y los latinoamericanos que vivían en la madre patria retornan a sus países para dejar de ser “•sudacas” y volver a ser ciudadanos de sus respectivas patrias. Grecia es un polvorín.  Italia tambalea.  Irlanda se debate en el medio del deterioro económico.

Los indignados ganan las calles, disconformes con las recetas recesivas que tradicionalmente recomienda el Fondo Monetario Internacional, y también contra la falta de oportunidades y la miseria generada por la especulación financiera. En España se suicidan los que van a ser deshauciados de sus viviendas, y en EE UU las formulaciones extremas del “Tea Party”, partidarios de la extrema derecha republicana, casi llegan al poder en las últimas elecciones de la mano del candidato derrotado.
En Medio Oriente, el terrorismo de Hammas, fomentado por algunos países árabes, y por el tráfico internacional de armas, sigue exasperando al ala mas combativa y belicosa del Estado de Israel y generando un estado permanente de tensión, en el que las víctimas son las personas comunes.

En América  México sofocado por la violencia del narcotráfico acaba de elegir a un candidato del PRI, que más parece un muñequito de torta que un político :  se lo vendió como a un champú y parece que poco tiene en la cabeza además de  un anticaspa.  En Cuba, Fidel en las sombras y Raúl en el ejercicio formal del poder, continúan su gobierno de gerontes con la promesa de cambios que por ahora resultan cosméticos, frente a un pueblo cuya paciencia parece colmada.. Brasil octava potencia económica, ha dado un ejemplo a todo el continente juzgando y condenando a políticos corruptos, entre ellos a Jose Dirceu, mano derecha del ex Presidente Lula da Silva.   En Chile, la desigualdad social ha generado un movimiento de enorme fuerza, en el que los jóvenes desafían a un presidente millonario e impopular, luchando por el acceso igualitario a la educación y el fin de las universidades con fines de lucro.  Es la mayor rajadura de la enorme fábula del Chile desarrollado, con el que el liberalismo de derecha nos ha tratado de engañar. Un país sin educación pública, no es desarrollado ni puede pretender serlo.  La exclusión social solo es fuente de desigualdades y pobreza.

Colombia procura acordar la paz con las FARC y terminar con 50 años de guerras intestinas.  Pero la lucha contra los violentos que vienen asolando a ese país no se agota con acordar con la guerrilla sino con poner en la cárcel a los paramilitares y a los traficantes de drogas, que  también son los grandes responsables del fenómeno de los millones de desplazados que sobreviven malamente en las grandes ciudades.

La Argentina, en un año pre-electora, se viene enfrentando con una fracturación de casi toda una clase social y económica, acostumbrada al privilegio, a la evasión impositiva, y a la indiferencia hacia los que menos tienen,  y un gobierno  en manos de una mujer inteligente pero caprichosa, tan obstinada como arrogante, circunstancias imperdonables para una sociedad que no obstante sus años de democracia y sus avances sociales indudables sigue siendo absolutamente machista.    En el fondo de esa fractura, además de la actitud desafiante y obstinada de la Presidenta y de sus funcionarios de confianza (algunos impresentables) está la guerra declarada del gobierno contra un multimedio monopólico y cobarde que usa su diario (el de mayor circulación), sus canales de aire y de cable para hostigar torpemente la tarea oficial , inventando, mintiendo,  y exagerando a diario , en una postura quasi - goebeliana, destinada en definitiva no a defender la libertad de expresión sino  a proteger su enorme imperio mal habido, contra la Ley de Medios que procura desmembrarlo..  Sin intentar demonizar a nadie, Clarin es comparable al Pablo Escobar colombiano en los años ochenta y noventa, tiempos en que desafiaba a las autoridades constitucionales.  Su poder es mayúsculo pero sus pies son de barro.

La protesta social ha sido contundente pero en muchos casos cargada de un odio inaceptable, instigado por una oposición política sumamente incapaz de propuestas e integrada por figuras repetidas, de escaso talento, moral discutible y ambiciones exageradas, a las que ningún argentino en su sano juicio les compraría un automóvil usado.  Lo mismo puede decirse de dirigentes sindicales, caídos en desgracia con el oficialismo y que ahora son oposición.  Muchos de esos dirigentes no pueden demostrar una hora de trabajo digno en relación de dependencia en su vida, y se erigen en adalides de unos derechos que no obstante sus declaraciones, no les ha interesado proteger, más allá de su beneficio personal.

Muchas instituciones están bajo la sospecha,  y entre ellas la independencia de la Justicia es una de las más preocupantes. Una justicia libre de cualquier presión es la única garantía de los derechos de los ciudadanos.

Pero yo tengo fe en el país Y no es una paradoja ni una reflexión absurda. Tengo fe particularmente en los jóvenes que estudian en nuestros colegios y universidades, que trabajan para ganarse la vida, que tienen ideales e ilusiones de un país mejor.  Los veo como ciudadano y los veo desde la cátedra::su alegría me contagia, su fuerza me empuja, sus sueños me comprometen.

Al llegar el fin de año , esa fuerza de los jóvenes tantas veces engañados, tanto tiempo perseguidos, tantas veces influenciados por modas nihilistas y frívolas, su resiliencia,  sus deseos de superarse, sus ganas de construir un país mejor me dan una cuota de esperanza, una dosis de fe, un propósito de superación, y las suficientes vitaminas como para  pensar en un nuevo año mejor.

Por eso brindo simbólicamente:

POR UN AÑO CON SALUD Y MUCHAS BENDICIONES.  CON PAZ Y TRABAJO, CON AMOR Y ALEGRIA.  FELICIDADES……

Silvio Lerer.

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