En mis clases de capacitación continua en Mediación, suelo incluir
diversos complementos pedagógicos y de reflexión, a la teória destinadas a los profesionales en
la materia, que incluyen diversos tipos de didácticas, textos, lecturas poemas,
metáforas y el uso de la música como disparador motivacional. Siempre he considerado que el desarrollo
teórico debe tener suplementos vivenciales y emocionales que inspiren,
entusiasmen y estimulen a los participantes, dando rienda suelta a la
creatividad, y permiso a su sensibilidad.
Hace un tiempo di con un texto de la Profesora Brooke D.Goldfarb en la
página de Mediate.com, una de los sitios web más importantes del mundo en
nuestra materia, y procedí a su traducción del inglés y desde entonces suelo
utilizarlo con mención de su autora, en los cursos y clases sobre mediación
familiar.
El texto es de tanta belleza y sensibilidad que emociona y acaricia el
alma. La Profesora Brooke Deratiny Goldfarb,,
su autora, es egresada de la Universidad de Virginia, y graduada con un Juris
Doctor Degree de Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, es mediadora
familiar certificada y mediadora civil certificada de circuito, en ambos casos
ante la Corte Suprema del Estado de la Florida,
EE.UU. . También es Árbitro calificada. Se ha especializado en la
solución pacífica de los divorcios y de las separaciones, es fundadora y
Presidente de la Peaceful Beach Mediation and Collaboration Inc,, miembro
destacado de numerosas organizaciones sociales y como surge del texto adjunto
una mujer de exquisita sensibilidad y compasión por el prójimo. A continuación
el texto.
El amor nunca es un error
"Cuando
Uds. dos se unieron, eso era lo que debía ocurrir en ese momento. No fue un error. Vuestros hijos no son un
error. La vida que Uds. dos construyeron
juntos no fue un error. Es hora de ir
hacia adelante, entonces vayamos, pero
también honremos al pasado al mismo tiempo que encaramos el futuro “
Les digo
eso a mis clientes cuando me vienen a ver por primera vez. Simplemente siento en mi corazón que eso que
digo tiene que ser verdad, y por eso me he sentido llamada a ser una
pacificadora y también alguien que ayuda a sanar a las parejas que van a
divorciarse y es por eso que ya no puedo
convencerme a mí misma de practicar la abogacía, Ya no puedo ser partidista. Ya no veo la necesidad de la pelea. Por suerte existen muchos abogados
capacitados que pueden asesorar sobre sus derechos a las parejas que se
divorcian Yo envío a la gente a verlos a
menudo, y que Dios los bendiga. Su
trabajo no es fácil.
En lo que a mí respecta, cuando una pareja se está divorciando veo muy
claramente que lo que tengo frente a mi es una familia. Inclusive si se trata de una pareja que no ha
tenido hijos durante el matrimonio, los integrantes de la pareja fueron familia
el uno para el otro. Ellos compartieron
sus vidas y su amor con el otro, no importa por cuánto tiempo haya sido. Ellos aprendieron uno del otro. Son lo que
son hoy en día porque cada uno entró en la vida del otro A pesar de dolor y
sufrimiento que con intención o sin ella pudieron haberse causado entre sí,
también hubo risas y alegrías. Hay
buenos y malos recuerdos, y si han tenido hijos todavía existen muchos
recuerdos que pueden hacerse que sean especiales. Ellos les deben a sus hijos
la delicadeza de honrarse y respetarse el uno al otro. Lo que quiero que las
parejas sepan es que ellos estuvieron juntos por una razón. Que caminaron
juntos por el mismo sendero por el tiempo en que lo hicieron para crecer espiritualmente. Si no me equivoco, muyos terapeutas indican
que la gente se une para curar los dolores de la infancia y que la mayoría de
ellos se casan con personas con las mismas características de sus propios
padres. Por ello incluso ahora en que la
pareja se ha separado, siento una obligación moral de honrar, respetar y
valorar al matrimonio incluso cuando se está terminando. Siento la fuerte
necesidad de darles poder para que puedan seguir su camino en una forma madura
y sana, ayudarlos a que se perdonen el uno al otro y que se perdonen a ellos
mismos.
Al
perdonarse el uno al otro, no solo se curan a si mìsmos sino que demuestran a
todos un camino a la paz, porque el único camino hacia la paz, es hacer primero
las paces con uno mismo.
Imaginen
simplemente cómo sería el mundo si mucha más gente estuviere en paz con ella
misma. Qué pasaría si la gente no
sientiese la necesidad de “castigar” al otro a toda costa por causas reales o
imaginarias. Qué ocurriría si la gente pudiera dejar de lado su ego y en su
lugar le dijera a su ex-pareja “Gracias por haberme enseñado. Gracias por
ayudarme a crecer. Te deseo paz, amor y felicidad
Ojalá sea
así Adelante. Adelante.
El amor nunca es un error.
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