Puede decirse que este trabajo es el producto, de una experiencia
traumática del autor , que soportó sin poder ó sin saber revelarse, lo que lo
llena de tremenda culpa, a un jefe perverso y detestable, un personaje satánico e inmoral que lo enfermó física y
psíquicamente durante mucho tiempo.. Habíamos leído el bello libro de Marie France
Hrigoyen “El acoso moral en el trabajo” y otras obras sobre el denominado
“mobbing”, la forma de violencia que se dá en el lugar de trabajo y nos
propusimos profundizar en el estudio del tema.
En otra obra (El Acoso Moral) (2011) Hirigoyen destaca el carácter
evidente que tiene la agresión en el caso del abuso del poder que se da, cuando
un superior en la jerarquía aplasta con ese poder a sus subordinados (en
particular a los más débiles que el). Afirma que muchas veces un “jefecillo” se
revaloriza de esta manera y sostiene que la necesidad de dominar que tiene este
individuo, le sirve para compensar la fragilidad de su identidad (op cit.
Pag.60)
Hirigoyen como lo recuerda José SanMartín Esplugues( 2010) al definir
las formas de violencia, distingue entre “acoso sexual” y “acoso moral “.
Se entiende por acoso sexual en el trabajo, a toda conducta con
connotaciones sexuales ,que en el lugar de trabajo , le es impuesta a un
empleado sin su consentimiento : dicha conducta resulta para la víctima
hiriente , degradante e intimidatoria .
El acoso moral en el trabajo , es toda conducta abusiva, que con
carácter reiterado o sistemático atenta contra la integridad física o
psicológica de un empleado, poniendo en peligro la conservación de su empleo o
empeorando el ambiente de trabajo.
Modernamente, el acoso laboral o “mobbing” es entendido como el hostigamiento reiterado
a la víctima en el marco de una relación laboral (o funcionarial), del que se
ha señalado que no es un fenómeno nuevo , pero sí un fenómeno frente al que
,como ya sucediera con la violencia de género hay una creciente sensibilidad en
la sociedad (C.Mir Puig S.”El acoso
moral en el trabajo (mobbing) y en la escuela (bullying) y el Derecho Penal, en
Estudio de Derecho Judicial, 94, 2006, pag.176) y Alonso Álamo , Mercedes en
Violencia y Derecho Penal , en Estudios sobre la Violencia , Tirant lo Blanch ,
Valencia 2011) pag 190.).
Puig distingue tres formas de acoso laboral : el acoso vertical del jefe al inferior jerárquico, el acoso
horizontal y el acoso invertido del
inferior al superior (op cit pag.184, aunque en otro trabajo sostiene que “el
sujeto activo del delito de acoso psicológico en el trabajo ostenta respecto
del sujeto pasivo siempre una posición de superioridad o de dominio aunque sea
fáctica, circunstancial o intelectual “ (Puig “La reforma penal actual “ en Derecho Penal del Siglo XXI
Cuadernos de Derecho Judicial, VIII , 2007 pag.287).
Como lo destaca Alonso Álamo , es
inherente al acoso la reiteración en el ataque y en tal sentido participa de las características del delito de conducta
reiterada o delito habitual pero con la particularidad que las algunas
conductas singulares que pueden ser consideradas insignificantes pueden afectar
bienes jurídicos tales como el honor, la libertad, la intimidad). Todas persiguen el mismo fin, sea
obstaculizar el normal desenvolvimiento de la vida laboral , favorecer el
traslado o despido , jubilar anticipadamente, sustituir a la víctima por otra
persona. (Alonso Álamo op.cit. pag.191).
Las víctimas de una y otra forma de acoso laboral suelen ser mujeres (en
particular mujeres o madres solteras), homosexuales, y trabajadores irregulares
(precarios o “en negro”).
Dice SanMartín Esplugues que se trata de una forma de violencia (en buena parte por lo dicho de género) fría,
insidiosa y, a menudo casi invisible , lo que la vuelve peligrosa. Agrega que no suele consistir en un ataque
duro y frontal, y por lo tanto claro y manifiesto , que permita la denuncia y
que suele adoptar la forma de pequeños ataques cuyo efecto micro-traumático irá
acumulándose con el tiempo hasta desembocar en un verdadero suplicio (op cit.
Pags. 20/1)
A partir de la Reforma Penal de 2010, en España, se incrimina en el
art.173, primer párrafo la conducta de quien” en el ámbito de cualquier relación
laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad realicen
contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a
constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la misma”. La pena es de prisión de seis meses a dos
años.
Nosotros vamos a ocuparnos de los acosadores verticales: de los que haciendo prevalecer su poder o
superioridad jerárquica persiguen a sus dependientes generándoles inumerables
problemas labortales, y perjudicando su integridad psíquica y física.
Hace un tiempo cayó en nuestras manos , el libro “Brutal Bosses and
their prey . How to identify and Overcome abuse en the work place”, Riverhead
Books, New York , 1997. de Harvey
Hornstein, que bautiza a esta clase de individuos como Jefes Brutales, y nos hizo revivir una vez la traumática
experiencia vivida y nos propusimos
tratar de investigar las explicaciones científicas sobre la conducta violenta y
conflictiva de quienes abusando de su autoridad y tal vez de la falta de
control por parte de las propias organizaciones, hostigan, persiguen, acosan y
destruyen anímicamente a sus dependientes en el lugar de trabajo.
Se trata de individuos que entrarían en la caracterización que de los
agentes de diversas violencia civiles, el muy discutido canadiense Ives Michaud
llama “primitivos normales” y explica
que todos tienen en común antecedentes violentos en la familia y una niñez
traumática y cruel. Son para Michaud
individuos mal equipados para la vida que llevamos y para enfrentar las interacciones
a las que debemos hacer frente (Michaud, 1998, Acento Ediciones, 1998, pag:49). Lo interesante del caso es que mucha gente
piensa que este nativo de Quebec, que nunca pudo salir indemne de sus
expresiones antisemitas es el mismo un primitivo normal.
Hornstein identifica cinco
clases de jefes brutales:
1. Conquistadores
2. Realizadores/Ejecutores
3. Manipuladores
4. Culpadores
5. Racionalizadores.
Nosotros hemos de seguir esa clasificación, aunque incorporándoles
caracterizaciones que no están en la obra de Hornstein pero que completan los
conceptos de este. Debemos aclarar en
primer lugar que esta clasisficación no es exhaustiva pues no comprende
jefaturas que ni implican abuso de poder y además que pensamos que es muy
difícil que esta clasificación sea tan clara en casos concretos de jefes
brutales o abusivos, pues: muchas veces se dan una o mas de esas clases en una
sola persona y a veces es difícil señalr cuál de esas características es la
predominante.
En nuestra clasificación hemos de llamar a esas categorías nombres
distintos que describen por asociación en forma más acabada a estas personas
autoritarias.
Los jefes conquistadores, están
preocupados por el poder, y en tratar que ese poder no disminuya. Nosotros
agregaremos a esa descripción, otros datos que los describen con mayor precisión. Son
generalmente personas muy inseguras y, conscientes de sus limitaciones que
disimulan permanentemente, rodeándose de mediocres, obsecuentes y personas de
carácter débil o abiertamente inseguro sobre quienes exageran su autoridad. Su
conciencia de que estarían ocupando un lugar demasiado grande para sus
calificaciones les hacen temer, que
otras personas más capaces se destaquen y eventualmente puedan desplazarlos. En todo momento usan palabras para disminuir:, quieren que el
subordinado se sienta poca cosa. Son los clásicos brabucones del patio de la
escuela. Crean un ambiente de trabajo basado en el temor y en la intimidación. Jamás reconocen el trabajo ajeno y en lo
posible lo desmerecen. Suelen también resguardar celosamente la información,
convencidos que la información es poder. Su reino es el secreto. Su arma
mortal la sorpresa. Su objetivo respecto del personal es su descrédito y
eventualmente su despido o remoción del lugar de trabajo. Hirigoyen (2001 pag. 63) habla de maniobras
perversas. Señala que el objetivo de un individuo perverso es acceder o
mantenerse en el poder por cualquier medio o bien ocultar su propia
incompetencia. Para eso, afirma, que el
perverso se tiene que desembarazar de todo aquel que pueda ser un obstáculo
para su ascensión y de todo aquel que pueda ver con demasiada lucidez sus modos
de actuar por eso no se contenta con atacar a alguien frágil como es el caso
del mero abusador del poder, sino que crea la misma fragilidad a fin de impedir
que el otro pueda defenderse.El jefe conquistador es como Atila, donde pisa no
vuelve a crecer la gramilla. De ahí que
los llamemos los jefes Atila
Los jefes realizadores/ejecutores : Suele ser personas mediocres,
que posiblemente no han sido buenos estudiantes, ni dependientes dedicados pero
que han llegado a una posición de poder, sea con gran astucia, sea cortando
cabezas, desprestigiando a sus competidores, trepando en la escala jerárquica
mediante la delación, el acomodo, la mentira, el oportunismo, la exhibición sin
escrúpulos de resultados sorprendentes producto no de su eficiencia sino de un
coraje a toda prueba fronterizo de la temeridad que suele impresionar en
niveles superiores. Por su arrojo pleno de ambición demuestran resultados (el
mejor vendedor, el jefe del departamento más eficiente, el que exhibe la mejor
relación gasto/resultados). Sin embargo,
su aureola de líder eficiente y efectivo se siente amenazada por todo aquel que desafía su competencia y
aptitudes, o que ellos perciben como que se superan a sí mismos. Yo diría que
padece el síndrome de alumno repitiente. No estudian pero desprecian a los que aprueban con mejores notas. No
toman el buen desempeño de un subordinado como un plus para su equipo, sino
como algo que los perjudica a ellos mismos. Su arma preferida es empequeñecer
al subordinado. Son los que suelen poner
comentarios en el legajo personal sin que el subordinado lo sepa criticando su
trabajo sin darle oportunidad para que se explique o le conteste. Dentro de su
arrojo son taimados por cobardía. Son
los que siempre están pidiendo que le hagan comentarios positivos sobre su
desempeño, para reafirmar su autoestima, generando que el empleado no le diga lo que realmente piensa de él y
que solo lo elogie. Estos jefes
aparentemente exitosos y realizadores, también son conscientes de sus
limitaciones, y tienen una piel muy fina respecto de la crítica. El menor comentario crítico hacia su persona
o desempeño que reciba (directamente o por su red de delatores, vulgarmente
llamados “felpudos”) determina inevitablemente la desvinculación del
subordinado crítico. Yo los denomino los
jefes Generalisimo Franco.
Los jefes manipuladores: Lo único que
les preocupa es como son evaluados ellos , si la gente los aprecia y gusta de
ellos es lo más importante. Es el jefe “prima –dona”. Como aquel Rey francés, después de ellos el
diluvio. Hacen un permanente esfuerzo para sobresalir en algo, Son
perfeccionistas, obsesivos con los tiempos y de espíritu vengativo y hostil hacia
sus subordinados. Son los que atacan
personalmente, su arma es manchar la reputación del dependiente El ataque suele
ser atribuyendo al subordinado intenciones que este no tiene,, acusándolo de
incumplimientos inexistentes o que han sido generados por él. con la intención
directa de perjudicar al empleado, o haciendo circular comentarios
descalificatorios e infundados o insinuaciones muy perjudiciales. Si bien se
aprovechan de los de los dependientes, suelen atribuir a estos sus fracasos.
Padecen de una perversión de narcisismo carcterizada por su grandiosidad, la
centralización en si mismos, y una notable falta de interés y empatía por los
demás no obstante su búsqueda permanente de tributo y aprobación. Suelen
envidiar a aquellos que poseen lo que ellos no tienen o que simplemente parecen
disfrutar de la vida. Con estos
individuos no se puede ganar. Son los jefes Robespierre.
Los jefes culpadores : Suelen ser personas resentidas, acostumbradas
al maltrato, posiblemente desde su
infancia. Egoístas, insensibles, fríos y calculadores. Suelen ser ellas mismas personas maltratadoras, de humores
cambiantes, reacciones irascibles inexplicables o súbitas, o conductas dañosas
decididas a sangre fría. Actúan muchas
veces en forma irracional y en otras hacen el mal conscientemente pues parece
que eso estuviera en su naturaleza y hasta lo hacen por sadismo..Parecen gozar
con el dolor que infieren. Suelen ser personalidades perversas y
desequilibradas Viven dominados por el prejuicio y todo lo diferente los amenaza. En algún caso presentan rasgos psicopáticos.
Justifican el daño que le hacen a los otros diciendo “que se lo merecían”
Tienen la actitud de culpar a la víctima. Dicen “yo no hice nada malo, ellos se
merecían lo que les pasó” Prosperan y
crecen en base al terror, las complicidades, las delaciones y la evasión de las responsabilidades por
errores que siempre atribuyen a otros. Estos jefes son capaces de alterar los nervios, la integridad
psico-fìsica y el equilibrio emocional de sus subordinados. Son psicópatas. En
algunos casos generan reacciones violentas. Son los jefes “Hitler”.
Los jefes racionalizadores: Son
personas abusivas, autoritarias, de ideas rígidas de marcado tono castrense. No
culpan a la víctima por el abuso pero justifican el abuso como “justificación”
de un objetivo superior. Suelen decir he
actuado asi en beneficio de la organización o “alguno tenía que hacerlo” Usan esos términos auto justificativos para
cubrir sus sentimientos sobre el abuso que han inflingido. Necesitan apelar a valores supuestamente
superiores o a obediencia a órdenes superiores para justificar su
inconducta. En algunos casos son
personalidades atormentadas, en otras son una suerte de asesinos seriales
psicopáticos, a veces funcionarios mediocres, grises y sin destaques, que
ejecutan con frialdad y hasta en exceso las órdenes recibidas, con gran
prolijidad y dedicación impecable. Reflejan lo que Hanah Arendt llamó la
“banalidad del mal” Nosotros llamamos a estos jefes "eichmanianos”,
recordando al oscuro criminal austríaco que tuvo a su cargo la llamada
“solución final “ de los nazis que llevó al exterminio de seis millones de
judíos y que muriera ahorcado en Israel tras un juicio transmitido a todo el
mundo.
BIBLIOGRAFIA
Alonso Álamo , Mercedes, en “Violencia
y Derecho Penal” , en Estudios sobre la Violencia , Tirant lo Blanch , Valencia
2011
Horenstein, Harvey A. “Brutal
Bosses and their prey. How to identify and overcome abuse in the work place,
Riverhead Books, New York, 1997
Hirigoyen Marie France: “El acoso moral en el trabajo. Distinguir lo verdadero de lo falso”,
Editorial Paidós, Buenos Aires 2001
Hirigoyen Marie France: “El
acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Editorial Paidós ,
Buenos Aires (2000) 16ª Reimpresión, 2011.
Michaud, Ives : “La Violencia”
Acento Ediciones Madrid , 1998,
C.Mir Puig S. ”El acoso moral en el trabajo (mobbing) y en la escuela
(bullying) y el Derecho Penal, en Estudio de Derecho Judicial, 94, 2006,
C.Mir Puig S “La reforma penal
actual “ en Derecho Penal del Siglo XXI Cuadernos de Derecho Judicial, VIII ,
2007
SanmartínEsplugues, José: “Concepto y tipos de violencia” en Reflexiones sobre la violencia
(coordinado por José Sanmartín Esplugues…..(et al): colaboradores, Rogelio
Alonso…..(et al.) Siglo XXI Editores con el Centro Reina Sofía, México , 2010.
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