La familia es un sistema emocional pluri- generacional . Como sistema emocional, las relaciones que se establecen entre sus
miembros suponen complejas interacciones de conductas, deseos, expectativas,
además de un sostén emotivo, estima, sentido de pertenencia, compasión
recíproca y capacidad de compartir.
Hoy en día, la familia es un grupo primario complejo de difícil
organización: puede ser un espacio afectivo, de convivencia, de protección y de
satisfacción de las necesidades que presentan los menores:, en este caso proporcionándoles afecto, seguridad y distintos apoyos o bien , cuando no actúa
como tal , provocando conflictos, riesgos y en situaciones extremas,
produciendo situaciones de abandono y/o de maltrato físico y emocional.
Vivimos en una sociedad marcada por profundos cambios en todos los
sentidos. Ello se observa al advertir las
modificaciones en la estructura familiar. Los conflictos familiares son una de las causas más frecuentes de stress
emocional y provocan, a menudo problemas psicológicos y físicos asociados a ese
malestar.
La familia como unión de personas que comparten un proyecto de vida,
constituye un sistema vivo y en constante evolución en el que se generan
fuertes sentimientos de pertenencia, se da un compromiso personal entre sus
miembros, y se establecen relaciones intensas. Dichas relaciones se encuentran
también expuestas a la influencia de factores internos y externos que en
ocasiones llevan a la familia a vivir situaciones que la obligan a su
readaptación.
El conflicto es inherente a las relaciones inter-personales, por ello se
debe aceptar la existencia de dicho elemento en el seno de los sistemas familiares
y profundizar en el conocimiento del mismo, para poder ayudar a la familia en su proyecto
vital. El conflicto familiar en si mismo no es positivo pues implica
situaciones de desgaste y displacer en quienes atraviesan esa situación. Pero a
su vez los procesos conflictivos permiten la generación de nuevas y mejores
ideas, produciendo un crecimiento entre sus miembros. Sin embargo para que esto
sea posible se hace necesario el reconocimiento del otro como un legítimo otro
(Maturana), armonizando las diferencias entre ellos. De ese modo la solución del conflicto
importará una ganancia y aprendizaje para todos los miembros de la familia.
LA SITUACIÓN
ACTUAL DE LA FAMILIA Y DE SU CONFLICTIVA
En las últimas décadas y especialmente en el mundo occidental, los
cambios sociales, políticos, económicos y culturales que tienen su raíz en las
transformaciones que viene experimentando el mundo contemporáneo están configurando nuevas formas de vida y de
relación que afectan tanto a los individuos como a la estructura y organización familiar y sobre todo a la forma de
afrontar sus componentes, los problemas de la vida cotidiana.
Entre los indicadores de esos cambios, cabría señalar : el nuevo papel
de la mujer en la sociedad, la evolución de los indicadores demográficos , la
paulatina disminución de la tasa de natalidad influenciada por la difícil
inserción laboral, la carestía y escasez de viviendas, diferentes decisiones en
cuanto a los estudios etc, la prolongación continua de la duración de la vida
como consecuencia de los progresos considerables en la atención de la salud y
de la vida, los retrasos en la edad de maternidad, el incremento de las
separaciones y divorcios, la evidente disminución de la tasa de nupcialidad
legal , el incremento de las parejas de hecho muchas de corta duración, el desarrollo económico cultural y social de
los últimos años, el avance de la llamada “cultura urbana” que lleva asociada
un mayor aislamiento de nuestra vida, los valores de individualismo, ,eficientismo y utilitarismo vigentes en nuestra sociedad,
el desarrollo de la “sociedad de la información” y del conocimiento, las redes
sociales, los medios de comunicación masiva etc.
Para algunos la nueva condición social de la mujer constituye una de las
claves màs importantes del cambio familiar de los últimos años. Tras su proceso de emancipación , iniciado en
los años 70 o aún antes, la mujer ha conseguido su independencia biológica,
profesional y social con altos niveles de formación y participación en el mundo
laboral . Pese a ello, la mujer sigue siendo la principal responsable de un
aspecto clave como es la crianza y educación de los hijos , surgiendo numerosas
dificultades a la hora de compatibilizar la vida familiar con las exigencias
profesionales.
La familia sigue poseyendo un significado relevante sea como proyecto de
vida, sea como ámbito de referencia Por
otro lado, nos encontramos ante un creciente proceso de diferenciación de
formas familiares. En el siglo XXI, y en
particular en Occidente , han surgido en la práctica nuevas formas de
convivencia familiar, y si bien puede darse a distinto ritmo según los países,
es indudable una tendencia a un mayor grado de inestabilidad de la familia
nuclear tradicional.
Coexisten cada
vez más, diversos modelos socioeducativos: familia nuclear, familias mono-parentales,
parejas de hecho y familias reconstituidas. Ello no significa que la familia
tradicional desaparezca, pero si que su importancia cuantitativa disminuya y
pierda el monopolio que antes tenía. Van surgiendo más y más formas de
transición y secundarias, formas preliminares o formas epilogales. Así se
delinean los contornos de la familia post-familiar. Esa heterogeneidad de
situaciones familiares es un desafío para el Estado del Bienestar y se
evidencia además una menor frecuencia de la trayectoria lineal de cada grupo
familiar. Hace años lo habitual era un camino de único trazado. Actualmente estamos ante una explosión del
ciclo vital familiar, es decir una misma persona , a lo largo de su vida es posible que atraviese formas familiares
diversas.
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